miércoles, 30 de junio de 2010

I
Salitrero gozoso,
vidriero venturoso y fontanero:
me amanecí raíz, tallo,
tronco incrustado y del surco dependiente;
olor a sauce, a llorón, a nogal, a eucalipto,
a esa copa de altura amarilla y verde,
a esas verrugas de corteza
adheridas a mis hombros.
Capa sobre capa la fibra de madera
los tiempos me mostraba,
y de mi espalda esa dulce gota de ámbar
todo lo abordaba.
Bifurcado entre la tierra
así me alimentaba de los minerales:
sabor a sales, a zinc, eran mis uñas;
y las plantas de los pies, cual telarañas,
se expandían en la profundidad nítrica
y polvorienta del subsuelo.
Mis pupilas eran aquellas del abeto,
o las bellotas saltonas y absorbentes,
o los frutos verdes y maduros,
o el grisáceo heno desbordado y colgante.
Un brote nació desde mis brazos,
y la vida dijo: Sé rama.
Y fui rama por un día.
II
Amanecí rama:
hoja verde, roja, amarillenta;
clorofila anaranjada, tinte de árbol,
bilé primaveral del ciprés y de los fresnos.
De punta a punta, entre mis brazos,
se cargaban los duraznos y manzanas,
las semillas carnosas y el desfile otoñal de los colores.
Yo mismo zarandeaba mis brazos
y caían, como gotas traslúcidas,
centelleantes hojas del cielo y de la aurora.
Al mirarme en el tronco, me decía:
“Quiero ser la luna reflejada,
el matiz de aquel silencio,
la falda de la noche cuando sopla,
el sonido de aquel beso que se escapa,
el barullo de una boca que sonríe,
el trino rebosante en melodía.”
Y fui ave por un día.
III
Amanecí pájaro.
Y más que pájaro, era pico, trino, canto.
Aquel que amanecía y correspondía.
Aquel de plumas que fardan de alegría.
¡Amanecí pájaro!
Y como el ave que se ensancha antes del vuelo,
que expande su plumaje en pleno celo,
vi la vida venirse y esparcirse.
¡Amanecí pájaro!
De un simple huevo,
de un blanco huevo,
de un ovalado y clausurado huevo.
Y cuando abrió su cáscara,
la vida me premió con sus regalos:
una sonrisa de pájaro y de mirlo,
y el tronco verde donde posara
el trino y escuchara un canto.
Y el tronco enmudeció para escucharme.
Y la raíz se expandió a todo el orbe.

Salvador Pliego

miércoles, 23 de junio de 2010

***KABIR***


Kabir fue uno de los más importantes místicos religiosos de la India en el siglo XV.
Kabir siguió la tradición que cree en un Dios sin atributos, dentro de una escuela que no aceptaba el culto a las imágenes. 
Se opuso radicalmente a toda práctica religiosa externa. 
Afirmaba que la unicidad y la incognoscibilidad de Dios. 
Practicó pues, una experiencia religiosa basada en la unión espontánea del uno con el todo.
En hebreo, dicho nombre significa “los poderosos”, Gibborim. 
Antiguamente, todas las divinidades relacionadas con el fuego (fuesen divinas, infernales o volcánicas) eran llamadas Cabirias. 
La voz Kabir es derivada del hebreo Habir, grande, y también de Kabar, uno de los nombres de Venus. 
Los Cabires son los más elevados espíritus planetarios, los más grandes dioses y “los poderosos”.
Todos los   Dioses de Misterio eran Cabires. 
Los Misterios de los Cabires en Hebrón estaban presididos por los siete dioses planetarios, entre otros, por Júpiter y Saturno bajo sus nombres de misterio. 
Tanto en Fenicia como en Egipto, fueron siempre los siete planetas conocidos en la antigüedad, los cuales, juntamente con su padre el Sol, o su “hermano mayor”, constituyen un poderoso grupo de ocho entidades; los ocho poderes superiores, o los asesores del Sol, que ejecutaban alrededor de éste la sagrada danza circular, símbolo de la rotación de los planetas en torno del Sol. 
En Samotracia y en los más antiguos templos egipcios, los Cabires eran los grandes dioses cósmicos, los Siete y los Cuarenta y Nueve Fuegos sagrados; mientras que en los santuarios griegos, sus ritos vinieron a ser principalmente fálicos, y por lo tanto, obscenos para el profano. En este último caso, los Cabires eran tres y cuatro, o siete (los principios masculinos y femeninos). Son los Sagrados Fuegos Divinos, tres, siete o cuarenta y nueve, según lo requiere la alegoría, los Hijos del Fuego, Genios del Fuego, etc. Su culto era universal y estaba siempre relacionado con el fuego, razón por la cual el cristianismo hizo de ellos unos dioses infernales.
El título de estos “grandes, benéficos y poderosos dioses” era genérico; eran de uno y otro sexo, así como eran también terrestres, celestes y cósmicos.


martes, 15 de junio de 2010

***Sueño lúcido***



He colocado mi cama con la cabecera al norte.
Dicen los que saben que así puedo tener sueños lúcidos, prístinos.
Y es verdad. Anoche te soñé con alas muy blancas y volabas,
te suspendías como un colibrí frente a mi boca. 
Sentía tu dulce aliento, el viento que provocaban tus alas.
Eras hermoso en ese sueño.
Lo sigues siendo, así te veo cuando despierto.
Pero en ese mundo astral donde me encontraba, no sabes, el tiempo es eterno.
Tus besos se prolongaban y mi cuerpo se hacía uno con el universo.
La comunión con todo, no había límites, ni espacio, solo dos almas que se fundían 
y el sol se hacía más intenso.
Cuando desperté sólo tenía en mi mano una pluma muy blanca 
y la sensación de mil besos en el rostro del tiempo.

sábado, 12 de junio de 2010

***Esto es amor***


La mente se resiste a olvidar las cosas hermosas,
se aferra a ellas y olvida todo lo doloroso,
mágicamente anonadada por la belleza.
No recuerdo discursos contra mis débiles brazos,
guardando la exacta dimensión de tu cintura;
recuerdo la suave, exacta,
lúcida transparencia de tus manos,
tus palabras en un papel que encuentro por allí,
la sensación de dulzura en las mañanas.
Lo prosaico se vuelve bello
cuando el amor lo toca con sus alas de Fénix,
ceniza de mi cigarro que es el humo
después de hacer el amor,
o el humo compartido,
quitado suavemente de la boca sin decir nada,
íntimamente conociendo que lo del uno
es del otro cuando dos se pertenecen.
No te entiendo y quisiera odiarte
y quisiera no sentir como ahora
el calor de las lágrimas en mis ojos
por tanto rato ganado al vacío,
al hastío de los días intrascendentes,
vueltos inmortales en el eco de tu risa
y te amo monstruo apocalíptico
de la biblia de mis días
y te lloro con ganas de odiar
todo lo que alguna vez me hizo sentir flor rara
en un paraíso recobrado donde toda felicidad era posible
y me dueles en el cuerpo sensible y seco de caricias,
abandonado ya meses al sonido de besos
y palabras susurradas o risas a la hora del baño.
Te añoro con furia de cacto en el desierto
y se que no vendrás que nunca vendrás
y que si venís seré débil como no debería
y me resisto a crecerme en roca, en Tarpeya,
en espartana mujer arrojando su amor lisiado
para que no viva y te escondo y te cuido en la oscuridad
y entre las letras negras de mis escritos
volcados como río de lava entre débiles
rayas azules de cuaderno que me recuerdan
que la línea es recta pero que el mundo
es curvo como la pendiente de mis caderas.
Te amo y te lo grito estés donde estés,
sordo como estás a la única palabra
que puede sacarte del infierno que estás labrando
como ciego destructor de tu íntima
y reprimida ternura que yo conozco
y de cuyo conocimiento ya nunca podrás escapar.
Y sé que mi sed solo se sacia con tu agua
y que nadie podrá darme de beber ni amor,
ni sexo, ni rama florida sin que yo le odie
por querer parecérsete
y no quiero saber nada de otras voces
aunque me duela querer ternura y conversación
larga y entendida entre dos
porque sólo vos tenés el cifrado secreto
de la clave de mis palabras
y sólo vos pareces tener el sol, la luna,
el universo de mis alegrías
y por eso quisiera odíarte como no lo logro,
como sé que no lo haré porque me hechizaste
con tu mochila de hierbas y nostalgias
y chispa encendida y largos silencios
y me tenés presa de tus manos mercuriales
y yo me desato en Venus con tormentas de hojarasca
y ramas largas y mojadas como el agua de las cañadas
y el ozono de la tierra que siente venir la lluvia
y sabe que ya no hay nubes, ni evaporización,
ni ríos, que el mundo se secó
y que no volverá jamás a llover,
ni habrá ya nieve o frío o paraíso
donde pájaro alguno pueda romper el silencio del llanto.

Gioconda Belli

sábado, 5 de junio de 2010

***La noche***




Desciende el sol por el oeste,
brilla el lucero vespertino;
los pájaros están callados en sus nidos,
y yo debo buscar el mío.
La luna, como una flor
en el alto arco del cielo,
con deleite silencioso,
se instala y sonríe en la noche.
Adiós, campos verdes y arboledas dichosas
donde los rebaños hallaron su deleite.
Donde los corderos pastaron, andan en silencio
los pies de los ángeles luminosos;
sin ser vistos vierten bendiciones
y júbilos incesantes,
sobre cada pimpollo y cada capullo,
y sobre cada corazón dormido.
Miran hasta en nidos impensados
donde las aves se abrigan;
visitan las cuevas de todas las fieras,
para protegerlas de todo mal.
Si ven que alguien llora
en vez de estar durmiendo,
derraman sueño sobre su cabeza
y se sientan junto a su cama.

Cuando lobos y tigres aúllan por su presa,
se detienen y lloran apenados;
tratan de desviar su sed en otro sentido,
y los alejan de las ovejas.
Pero si embisten enfurecidos,
los ángeles con gran cautela
amparan a cada espíritu manso
para que hereden mundos nuevos.
Y allí, el león de ojos enrojecidos
vertirá lágrimas doradas,
y compadecido por los tiernos llantos,
andará en torno de la manada,
y dirá: "La ira, por su mansedumbre,
y la enfermedad, por su salud,
es expulsada
de nuestro día inmortal.
Y ahora junto a ti, cordero que balas,
puedo recostarme y dormir;
o pensar en quien llevaba tu nombre,
pastar después de ti y llorar.
Pues lavada en el río de la vida
mi reluciente melena
brillará para siempre como el oro,
mientras yo vigilo el redil.

***SI***Rudyard Kipling***


" Si puedes mantener intacta tu firmeza
cuando todos vacilan a tu alrededor
Si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes exaltar su flaqueza


Si sabes esperar y a tu afán poner brida
O blanco de mentiras esgrimir la verdad
O siendo odiado, al odio no le das cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad


Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey
Si piensas y el pensar no mengua tus ardores
Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley
y los tratas lo mismo como dos impostores.


Si puedes soportan que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados.
O mirar hecha trizas tu adora quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados.


Si tomas tus ganancias poniendo en un montón y
osado las arriesgas en un golpe de azar
y las pierdes, y luego con bravo corazón
sin hablar de tus perdidas, vuelves a comenzar.


Si puedes mantener en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlo cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice adelante.


Si entre la turba das a la virtud abrigo
Si no pueden herirte ni amigo ni enemigo
Si marchando con reyes del orgullo has triunfado
Si eres bueno con todos pero no demasiado


Y si puedes llenar el preciso minuto
en sesenta segundos de un esfuerzo supremo
tuya es la tierra y todo lo que en ella habita
y lo que es más serás hombre hijo mío.... "

***QUIERO SABER***

No me interesa saber a qué te dedicas

Quiero saber qué es lo que añoras

y si te atreves a soñar o alcanzar

lo que tu corazón ansía.

No me interesa saber qué edad tienes

Quiero saber si te arriesgarás

a parecer un loco por amor ,

por tus sueños,

por la aventura de estar vivo.

No me interesa saber qué planetas están cuadrando tu luna

quiero saber si has tocado el centro de tu propia pena,

si has estado abierto a las traiciones de la vida

o te has vuelto marchito y cerrado por miedo a más dolor.

Quiero saber si te puedes sentar con dolor, tuyo o mío,

sin moverte para esconderlo, diluirlo o arreglarlo.

Quiero saber si puedes estar con alegría, tuya o mía,

y si puedes danzar libremente y dejar que el éxtasis te llene

hasta las puntas de los dedos de tus manos y de los pies,

sin advertirnos de

ser cuidadosos,

ser realistas o recordar las limitaciones de ser humano.

No me interesa si la historia que me estás contando es verdad,

quiero saber si puedes desilusionar a otros

por ser sincero contigo mismo,

si puedes resistir la acusación de traición

y no traicionar a tu propia alma.

Quiero saber si puedes ser fiel y por lo tanto confiable.

quiero saber si puedes ver belleza hasta en los días feos,

y si puedes nutrir tu vida desde la presencia de Dios.

Quiero saber si puedes vivir con fallas, tuyas y mías,

y todavía pararte en la orilla del lago y gritar

a la luna llena plateada… ¡SÍ!

No me interesa saber dónde vives, ni cuánto dinero tienes.

quiero saber si te puedes parar

después de una noche de pena y desesperación,

débil y moreteado hasta los huesos,

y no obstante hacer lo que debes y

necesitas hacer

y seguir adelante.

No me interesa saber quien eres, ni porqué estás aquí.

quiero saber si te puedes parar

en el centro del fuego conmigo sin encogerte.

No me interesa dónde, qué, o con quién has estudiado,

quiero saber si te sostienes desde adentro

cuando todo se cae a tu alrededor.

Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo

y si verdaderamente disfrutas la compañía que mantienes

en tus momentos de soledad.
(ignoro autor)

***QUIEN ERES?***

Quién eres tú,
que has hecho vibrar
dentro de mi pecho
poesías misteriosas?
sintiendo que trinas en las regiones
donde mis ilusiones
dormían silenciosas?

Por qué encuentro tan bellas
las estrellas?
Por qué interrogo al mundo?
Por qué mi pensamiento
con chsipas de contento
irradia tan profundo?

Qué mágicos fulgores
descubren mis amores
en el azúl del cielo?
Por qué la rubia hoguera
del sol en la pradera
me infunde extraño anhelo?

Por qué las flores hallo
más bellas en su tallo?
más ricas las fragancias
de dónde esta quimera
que surge placentera
como una luz de infancia?

Por qué está más hermosa,
más luminosa y cariñosa
si aún cabe la luna en lo remoto?
Por qué la brisa suave
y el cántico del ave
me anuncian armonía de besos?

Por qué el corazón mío,
ayer, estaba como siempre,
y hoy siente dulces arrojos?
AMOR! Oh, Luz divina
surgida en mi retina,
MI FE entera te la doy!!!!!



***LOS LUGARES OLVIDADOS***



Mis refugios más bellos,
los lugares que se adaptan mejor a los colores últimos de mi alma,
están hechos de todo lo que los otros olvidaron.

Son sitios solitarios excavados en la caricia de la hierba,
en una sombra de alas, en una canción que pasa;
regiones cuyos límites giran con los carruajes fantasmales
que transportan la niebla en el amanecer
y en cuyos cielos se dibujan nombres, vieja frases de amor,
juramentos ardientes como constelaciones de luciérnagas ebrias.

Algunas veces pasan poblaciones terrosas, acampan roncos trenes,
una pareja junta naranjas prodigiosas en el borde del mar,
una sola reliquia se propaga por toda la extensión.
Parecerían espejismos rotos,
recortes de fotografías arrancados de un álbum para orientar a la nostalgia,
pero tienen raíces más profundas que este suelo que se hinde,
estas puertas que huyen, estas paredes que se borran.

Son islas encantadas en las que sólo yo puedo ser la hechicera.

¿Y quién sino, sube las escaleras hacia aquellos desvanes entre nubes
donde la luz zumbaba enardecida en la miel de la siesta,
vuelve a abrir el arcón donde yacen los restos de una historia inclemente,
mil veces inmolada nada más que a delirios, nada más que a espumas,
y se prueba de nuevo los pedazos
como aquellos disfraces de las protagonistas invencibles,
el círculo de fuego con el que encandilaba al escorpión del tiempo?

¿Quién limpia con su aliento los cristales y remueve la lumbre del atardecer
en aquellas habitaciones donde la mesa era un altar de idolatría,
cada silla, un paisaje replegado después de cada viaje,
y el lecho, un tormentoso atajo hacia la otra orilla de los sueños;
aposentos profundos como redes suspendidas del cielo,
como los abrazos sin fin donde me deslizaba hasta rozar las plumas de la muerte,
hasta invertir las leyes del conocimiento y la caída?

¿Quién se interna en los parques con el soplo dorado de cada Navidad
y lava los follajes con un trapito gris que fue el pañuelo de las despedidas,
y entrelaza de nuevo las guirnaldas con un hilo de lágrimas,
repitiendo un fantástico ritual entre copas trizadas y absortos comensales,
mientras paladea en las doce uvas verdes de la redención
-una por cada mes, una por cada año, una por cada siglo de vacía indulgencia-
un ácido sabor menos mordiente que el del pan del olvido?

¿Porqué quién sino yo les cambia el agua a todos los recuerdos?
¿Quién incrusta el presente como un tajo entre las proyecciones del pasado?
¿Alguien trueca mis lámparas antiguas por sus lámparas nuevas?

Mis refugios más bellos son sitios solitarios a los que nadie va
y en los que sólo hay sombras que se animan cuando soy la hechicera.

Olga Orozco
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